La separación de una pareja, que esté casada o no, es una etapa importante en la vida de cada uno de los miembros de la familia:
Los otros miembros de la familia deberán también confrontarse a los cambios, a veces echando una mano al cónyuge más desfavorecido, a veces soportando las consecuencias de la separación en sus propias relaciones con los hijos.
El matrimonio implica efectos de carácter moral y patrimonial entre los cuales el nacimiento de una solidaridad fiscal a partir de la fecha del matrimonio.
Esta solidaridad fiscal se traduce en una imposición común de las rentas, del patrimonio y los impuestos sobre bienes inmuebles.
El divorcio o la separación de hecho tienen también incidencias de carácter fiscal, a menudo más complejas que el matrimonio, en particular, a causa de las consecuencias del divorcio en sí mismo (fijación de pensiones de alimentos, pension compensatoria…) y del reparto de gananciales.